No siempre los hombres son los acosadores y las mujeres las víctimas. A continuación, informamos sobre uno de los muchos casos a la inversa, donde el hombre también es víctima de acoso e intimidación por parte de una mujer.
Una mujer decidió entrar en la casa de un hombre sin que éste lo supiera y usar su baño para darse una ducha. Se conocían de una cita a ciegas a la que ambos habían acudido.
La acosación rondaba los 500 mensajes diarios, los cuáles la mujer mandaba al hombre.
Algunos de los mensajes recibidos por el hombre fueron: "No intentes dejarme nunca", "Te mataré...no quiero ser una asesina", "oh, lo que haría con tu sangre", "Soy el nuevo Hitler".
Hacía ya tiempo, el hombre puso una denuncia porque estaba estacionada con su coche en la puerta de su casa y le mandaba constantes mensajes, habiéndole dejado claro que no quería saber nada más de ella. Los agentes la encontraron frente a la vivienda de la víctima y le dijeron que desistiera de su comportamiento; acto seguido, el hombre comenzó a recibir mensajes amenazantes.
Meses más tarde y a pesar del sistema de vigilancia que se había instaurado en la casa de la víctima; la acosadora estaba de nuevo dentro de la vivienda. Cuando los agentes llegaron al domicilio de la víctima, la acosadora estaba tomándose tranquilamente una ducha en el baño. Fue detenida por allanamiento.
Tras ser liberada de su condena, comenzó de nuevo a mandarse mensajes de texto amenazadores. Y, unas semanas después, la policía volvió a tener una llamada de la víctima diciéndoles que la agresora se había presentado en el puesto de trabajo de la víctima haciéndose pasar por su esposa. Por lo que, volvió a ser arrestada bajo cargos de amenaza, intimidación y acoso. Se presentará ante una corte el próximo 15 de mayo.
Fuente de extracción de la información: El Espectador
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